Los Genes Supresores de Tumor
Un segundo grupo de genes implicados en el cáncer son los "genes supresores de tumor". Los genes supresores de tumor son genes normales cuya AUSENCIA puede conducir al cáncer. En otras palabras, si una célula pierde un par de genes supresores de tumor o si son inactivados por mutación, su falta de funcionamiento puede permitir que el cáncer se desarrolle. Los individuos que heredan un riesgo incrementado de desarrollar cáncer frecuentemente nacen con una copia defectuosa del gen supresor de tumor. Debido a que los genes ocurren naturalmente en pares (uno heredado de cada uno de los padres), un defecto heredado en una copia no causará el cáncer debido a que la otra copia normal aún funciona. Pero si la segunda copia se somete a la mutación, la persona entonces puede desarrollar cáncer porque ya no existe alguna copia del gen que funcione.
Los Genes Supresores de Tumor Actúan Como un Pedal de Freno
Los genes supresores de tumor son una familia de genes normales que ordenan a las células producir proteínas que restringen el crecimiento y la división celulares. Ya que los genes supresores de tumor codifican las proteínas que disminuyen el crecimiento y la división celulares, la pérdida de estas proteínas permite que la célula crezca y se divida de forma incontrolada. Los genes supresores de tumor actúan como los frenos de un automóvil. La pérdida de la función del gen supresor de tumor es como tener frenos que no funcionan apropiadamente permitiéndole a la célula, por lo tanto, que se divida y crezca continuamente.
La Proteína Supresora de Tumor p53 Activa el Suicidio de las Células
Un gen supresor de tumor en particular codifica la proteína conocida como "p53" la cual puede provocar el suicidio de células (apoptosis). En células que han sufrido daño en su ADN, la proteína p53 actúa como un "freno" que detiene el crecimiento y la división de las células. Si no se puede reparar el daño, la proteína p53, con el tiempo, iniciará el suicidio celular, previniendo así el crecimiento descontrolado de las células genéticamente dañadas.
Genes de Reparación del AND
Los "genes reparadores de ADN" son la tercera clase de genes implicados en el cáncer. Los genes reparadores de ADN codifican proteínas cuya función normal es corregir errores que surgen cuando las células duplican su ADN antes de dividirse. Las mutaciones en los genes reparadores de ADN pueden conducir al fracaso en la reparación de ADN, lo cual a su vez permite que mutaciones subsecuentes se acumulen. Las personas que padecen de una condición llamada xeroderma pigmentoso tienen un defecto heredado en un gen de reparación de ADN. Como resultado de ello, no pueden reparar efectivamente el daño del ADN que ocurre normalmente cuando las células de la piel se exponen a los rayos del sol y por ello es que estas personas presentan una incidencia anormalmente alta de cáncer de la piel. Ciertas formas de cáncer de colon heredado también implican defectos en la reparación del ADN.
El Cáncer Tiende a Involucrar Mutaciones Múltiples
El cáncer puede empezar debido a la acumulación de mutaciones que incluyen a oncogenes, genes supresores de tumor y genes reparadores de ADN. Por ejemplo, el cáncer de colon puede iniciarse con un defecto en un gen supresor de tumor que permite la proliferación celular excesiva. Las células proliferadas tienden a adquirir mutaciones subsecuentes que incluyen a genes reparadores de ADN, otros genes supresores de tumor y muchos otros genes relacionados con el crecimiento. Con el tiempo, el daño acumulado puede producir un tumor sumamente maligno, metastatizante. En otras palabras, la formación de una célula cancerosa requiere que se suelten los frenos del crecimiento celular (genes supresores de tumor) a la misma vez que se activen los aceleradores para el crecimiento celular (oncogenes).
Las Mutaciones y el Cáncer
Aunque los sospechosos principales de las mutaciones relacionadas con el cáncer son los oncogenes, los genes supresores de tumor y los genes reparadores de ADN, el cáncer conspira aún más allá de éstos. Las mutaciones también se observan en los genes que activan y desactivan a los carcinógenos y en los genes que gobiernan el ciclo celular, la senescencia celular (o "envejecimiento"), suicidio celular (apoptosis), señalamiento celular y diferenciación celular. Y aún así otras mutaciones se desarrollan, las cuales le permiten al cáncer invadir y metastatizarse a otras partes del cuerpo.
El Cáncer Tiende a Corromper el Ambiente Vecino
Además de todos los cambios moleculares que ocurren dentro de una célula cancerosa, el ambiente alrededor del tumor también cambia dramáticamente. La célula cancerosa pierde receptores que normalmente responderían a las células vecinas que señalan para que el crecimiento se detenga. En su lugar, los tumores amplifican su propia provisión de señales de crecimiento. Ellos también inundan a sus vecinos con otras señales conocidas como citoquinas y enzimas llamadas proteasas. Esta acción destruye tanto a la membrana basal como a la matriz vecina, la cual se encuentra entre el tumor y su mecanismo para la metástasis--un vaso sanguíneo o conducto del sistema linfático.